¿Qué es lo que me produce miedo? ¿por qué a veces tengo miedo a cosas que no son objetivamente temibles?
Es normal tener miedo a ciertas situaciones, objetos, etcétera porque en nuestra información transmitida a través de la palabra, el aprendizaje vicario (lo que hemos visto que les ha ocurrido a otros) o el aprendizaje directo (nuestra propia experiencia) tenemos interiorizado que ponen en peligro nuestra integridad física, nuestra vida. El fuego, las fieras salvajes, las armas, nos suelen poner en alerta porque ‘sabemos’ que ponen en peligro nuestra integridad física. Por lo tanto vemos normal que se nos dispare el sistema nervioso y se nos precipite la respuesta de ataque o huida para ponernos a salvo.
El problema viene cuando esta misma respuesta aparece en situaciones que sabemos que no son amenazantes: conducir, andar por la calle, los perros, alejarnos de nuestra casa, la oscuridad… Cuando ante estas situaciones se nos dispara el sistema nervioso, no sentimos que objetivamente debamos tener miedo por lo que la explicación será que algo anda mal en mi. Las sensaciones físicas y psíquicas que acompañan a esa respuesta de ataque o huida se interpretan como síntomas, como la manifestación de algo que ocurre en nuestro interior. Entonces no sólo tendré miedo a esas situaciones sino también a las sensaciones que siento en mi cuerpo: tendré ansiedad por tener ansiedad. Aquí es donde se dará el ‘círculo vicioso de la ansiedad’, un aumento de la ansiedad por tener ansiedad, un miedo a sentir miedo. Un efecto multiplicativo de la ansiedad.
Es entonces donde por medio de la terapia se debe dar sentido a todo este proceso, romper el círculo vicioso y así irán remitiendo los síntomas, es decir, el sistema nervioso se irá calmando cuando entienda que no es necesario disparar la respuesta de ataque o huida porque realmente nuestra integridad física no se ve expuesta y no siento miedo ante los síntomas físicos que voy experimentando.